Un biólogo abandonado en una isla desierta seguro que tendrá la tentación de ponerle nombre hasta la última hoja, del último árbol que fuera capaz de observar; nos encanta aguzar los sentidos, somos curiosos y observadores, y nos gusta ponerle nombre a las cosas que descubrimos y nos pierde inventar nuevas ciencias de nombre extraño.
Uno de los avances más significativos de la biología en el siglo XVIII fue el desarrollo de la taxonomía como ciencia, gracias al trabajo del sueco Carl von Linné. La taxonomía nos proporciona las bases para poner nombre a los seres vivos, pero de una forma ordenada, equilibrada, y que sea común en el Océano Índico, en la laurisilva del Parque Natural canario de Garajonay o en un bosque caducifolio del municipio de Areso. Como consecuencia de esta disciplina la margarita se llama Bellis perennis, en todo el mundo, la “siempre bella” que se abre de día y cierra misteriosamente sus pétalos sobre sí misma al anochecer. ¿Por qué lo hará así? ¿Lo sabes tú?
En el siglo XIX la revolución vino de manos de Darwin y la teoría de la evolución, el épico viaje del Beagle y su vuelta al mundo. La revolución del XX fue la del descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN o ácido desoxirribonucleico, por Watson y Crick, y el desarrollo de la genética en general.
Los geólogos tuvieron su particular revolución con la teoría de la tectónica de placas y la deriva continental, que se atribuye al metereólogo alemán Alfred Wegener con su libro de 1915 “El origen de los continentes y océanos”.
Todo esto viene a cuento de que si para dar un paseo de dos horitas por Gaztelumendi, debemos necesaria y obligatoriamente saber qué es un poljé, una dolina o una surgencia, cuál es la morfología de una planta dioica con hojas imparipinnadas, qué estudia la edafología, la fenología o la litología, o cuáles son los principios fundamentales de la geodinámica externa, pues mejor nos quedamos en la venta y damos cuenta de una sabrosa txuleta de buey y una fresca sidra de kupela.
Biología, taxonomía, geología, botánica, zoología, edafología, etc si las mezclamos equilibradamente con la antropología, economía y ciencias sociales, y extraemos conclusiones objetivas, nos pueden proporcionar sin duda herramientas de futuro, la revolución del siglo XXI.
El objetivo principal de este blog, es despertar la curiosidad y capacidad de observación de quien nos lee. Por favor, participa, con fotos, comentarios, insultos, chistes, ideas o críticas, serán bien recibidas.
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