A las formas y relieves más significativos que encontramos en el cordal de Erroizpe los geólogos le han puesto el nombre de "Karst". Esta palabreja tan rara que no tiene nada que ver con coches a ras de suelo, proviene de una zona de Eslovenia llamada así, y designa aquellos terrenos en los que se han desarrollado un conjunto de procesos resultantes de la disolución de rocas calizas y salinas.
El origen del paisaje de Gaztelumendi tuvo lugar en el período Cretácico inferior, tercer período de la era mesozoica, y que abarca desde 99 hasta hace 146 millones de años. En esta época proliferaron varios tipos de dinosaurios, otros se extinguieron, aparecieron las aves y las primeras plantas con flores.
En esta época las rocas que ahora observamos en cresterías y afloramientos en el mismo Gaztelu, se formaron sobre fondos marinos de poca profundidad. Estamos hablando de arrecifes de coral, playas paradisíacas, conchas, animales marinos y agua salada, es decir de nuevo calizas y salinas. Los sedimentos de miles de años sobre estos fondos marinos de poca profundidad, son el origen de las rocas que hoy vemos. El macizo de Ernio y la sierra de Aralar que se observan perfectamente en orientación noroeste y suroeste desde las cimas de Erroizpe y Larte son también de origen cárstico, como los Picos de Europa.
Pero vamos a ver, si las rocas del cordal que hoy están a 700 u 800 metros de altura sobre el nivel del mar, eran en el cretácico fondos marinos, ¿Cómo es posible que el nivel del mar haya descendido tanto? ¿Dónde está el agua que falta?
Y la respuesta nos la da nuestro viejo amigo Alfredo Wegener, y sus telúricas teorías: no es que el nivel del mar haya descendido, sino que lo que sucedió fue todo lo contrario: es la propia montaña la que ascendió en altura; y todo ello por medio de un proceso que describe una ciencia llamada orogénesis, y que explica cómo la fuerza que ejercen entre sí las diferentes placas terrestres y marinas, son capaces de crear cadenas montañosas, como el Himalaya, los Pirineos o el macizo de Gaztelumendi. Estamos en Erroizpe, y al norte vemos el sinclinal de Uzturre, paradigmática formación geológica y postal de Tolosa, que no es más que la parte cóncava de un pliegue de la corteza terrestre, y que se origina por las fuerzas de compresión de un movimiento orogénico.
Una característica poco conocida de las rocas calizas como las que encontramos en Gaztelu y alrededores es su comportamiento físico ante el fuego.
Antes de seguir, te ruego encarecidamente que no enciendas fuego en esta zona. Nunca lo hagas, sobre todo si hay viento sur. Está totalmente prohibido.
Suele ser habitual que montañeros, cazadores o jóvenes excursionistas cuando encienden fuego el hogar donde queman ramas y troncos, lo rodean con piedras para evitar con buena intención que el fuego se extienda o propague por los alrededores. Estas rocas cuando llevan ya cierto tiempo en contacto con el fuego, también "arden" y se queman, hasta convertirse en cal y cenizas. Su origen biológico queda en evidencia en estas ocasiones. Si la hoguera se enciende por la noche, se observa perfectamente cómo la roca se pone al rojo vivo y "arde".
Esta característica convierte a la roca en muy peligrosa, ya que puede suceder que se dé a una fogata por apagada, pero la apariencia de la roca con la luz del día pueda ser engañosa, y todavía estar ardiendo, y no ser ésto detectado. Es por ello que a veces, estas protecciones pueden ser más peligrosas, que los fuegos sin ellas. Estas rocas deben ser siempre tratadas con agua después de un fuego.
De todo esto sabían mucho hace algún tiempo por estos lugares, cuando casi cada caserío tenía su propia calera para producción de cal.
Una visita cercana y muy didáctica, adecuada tanto para niños como adultos, para comprender en profundidad la estructura de los sitemas cársticos es la Cueva de Mendukilu, en el municipio de Astiz, muy cerca de Lekunberri. Supercoqueta y muy recomendable.
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