Gaztelu está formado casi exclusivamente por caseríos construidos alrededor de la Casa Consistorial y la Iglesia, que es el centro neurálgico del pueblo.
La Iglesia de Gaztelu está bajo la advocación de la Asunción de Nuestra Señora, patrona del pueblo, a quien rinde culto. Las fiestas de Gaztelu por ello se celebran durante el verano el 15 de agosto, día de la Virgen de la Asunción.
El interior de la iglesia ha sido pintado y rehabilitado por iniciativa y trabajo en "auzolan" (trabajo comunitario sin remunerar) de los propios vecinos del pueblo entre 2008 y 2009, destacando la bella restauración de los policromados del retablo principal.
La puerta de entrada a la iglesia está formada por un arco de medio punto de estilo románico, fechado en 1787. Justo encima del arco se encuentra tallado en piedra el escudo de Gaztelu. Esta entrada da acceso al pórtico principal.
En el pórtico está la puerta principal de la parroquia de estilo gótico. Es de época medieval, con seis arquivoltas apuntadas y planta abocinada. Es destacable la sobriedad del portal, sin ninguna concesión al más mínimo detalle decorativo. Es prácticamente similar al de la cercana Parroquia de Berastegi.
El conjunto del edificio es de dimensiones considerables y de recia arquitectura. Tiene planta rectangular, con torre campanario y atrio porticado. Es un edificio construido en el siglo XVI.
Es opinión generalizada que esta parroquia de la Asunción reúne toda la simbología asociada a la fortaleza defensiva o castillo que da nombre al municipio (Gaztelu = castillo).
La iglesia no tiene órgano, pero sí un bello y rústico coro en madera. La entrada al coro es independiente de la puerta principal. Esta entrada está construida con un arco de medio punto con bellas dovelas convexas, quizás la única sofisticación permitida en el conjunto monumental exterior.
Se celebra misa todos los domingos a las 10 de la mañana. En 2009 todavía los hombres y las mujeres se organizan en grupos separados para oir misa.
La torre campanario que sustituye a una de principios del siglo XVIII, fue proyectada por Francisco de Ibero en 1765. Realizadores materiales de esta torre fueron Francisco de Aurquía, Pedro José y Agustín de Imendarrieta, Sebastián de Larrea, Juan Bautista de Goienetxea y Francisco de Etxeberria, finalizándola entre 1769 y 1770, momento en el cual examina la obra Manuel Martín de Carrera.
El templo conserva una sencilla bóbeda de crucería.
Aspecto destacable de esta construcción es que se percibe ya la llegada del Neoclásico, consecuencia de lo cual es la contención decorativa y un menor dinamismo en su concepción. El pórtico de la iglesia se completa con un sencillo y acogedor jardín con mirador, cuidado con mimo y esmero.
En el suelo de la única nave, y en madera, todavía están marcadas las antiguas sepulturas de los caseríos, y sobre ellas, en las misas de los domingos, hasta no hace mucho tiempo, se colocaban las tablillas de las ofrendas de cera, tablillas conocidas en euskera como "argizaiolak". Ellas brillan en las misas ante el altar de la Asunción.
Dice la tradición que esos rollitos ardiendo dan luz al difunto en la otra vida.
La tradición oral conecta el fuego del hogar familiar que era llevado en velas enrolladas en las tablillas de madera, argizaiolak, desde la casa hasta la iglesia.
El retablo es de mediados del Siglo XVII, de estilo barroco. Este retablo fue ejecutado por Juan de Basayaz y tasado por Francisco de Ureta, Miguel de Goroa, Martin de Larrea y Joan de Arbide.
La Asunción de la Virgen se centra en la parte media del retablo entre el sagrario inferior y el Cristo de Bengoetxea superior.
Destaca en el retablo la presencia en su remate de un Calvario, cuyo Cristo en la cruz fue realizado por Ambrosio de Bengoetxea (1551-1625), tratándose de una destacada talla de este escultor romanista, natural de Alkiza, discípulo de Anchieta e importante escultor renacentista.
El imponente altar mayor se centra en el sagrario decorado en su parte inferior con una estampa del descenso de la cruz de Cristo y rodeado de los evangelistas.
La amplitud de la única nave del templo invita al recogimiento, al sentimiento religioso y nos obliga a sentirnos diminutos e imperfectos ante la grandiosidad y sencillez del edificio.
La vida cotidiana de esta iglesia de Gaztelu queda reflejada en la instantánea de su sacristía: candelabros, crucifijos, velas, el sagrario de la sacristía presidida por una joya dorada del Arcángel San Gabriel, el Diario Vasco del día, el calendario de la Kutxa del año, misales, rituales de boda, comunión, bautizo o defunción, etc.
Todos esos elementos están ordenados con el esmero y cariño del actual guarda depositario de las llaves y sacristán del templo D.Miguel Aurkia.
En sucesivas entradas del blog veremos otros detalles de la iglesia, costumbres religiosas de los habitantes de Gaztelu, etc.
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