30 marzo 2010
Berriak
29 marzo 2010
28 marzo 2010
La pintada de la puerta de la Iglesia
22 marzo 2010
La ermita Santa Cruz de Areso
18 marzo 2010
Una historia de AMOR
16 marzo 2010
La borda de Aragor y 2
Se describe la historia de la borda de Aragor en un reciente video como la "Crónica de una muerte anunciada", crónica desgraciadamente real y para nada asociada al realismo mágico de la novela de García Márquez. El tejado de la borda de Aragor se derrumba por el peso de la nieve en el invierno 2009-2010. Lo que aún queda de la borda se encuentra en un lugar idílico, protegido de los fríos vientos norteños por el macizo de Erroizpe y en orientación sur con el cordal de Otsabio y la sierra de Aralar como privilegiadas vistas.
El caserío tradicionalmente ha explotado la agricultura y ganadería de montaña apoyándose en este tipo de edificaciones llamadas bordas, construidas en pleno monte y cerca de los pastos. Son construcciones utilizadas como refugio del ganado de montaña, acopio de herramienta de trabajo, y accidentalmente como habitación transitoria para el pastor.
Antes que nada, debo afirmar rotundamente que el trabajo que realizan en estos montes los propietarios del caserío Aragor, es impagable, extraordinario, meritorio y muy, muy duro.
Las cuatro primeras fotos de este artículo están tomadas en septiembre del año 2006, con la borda en pie, reluciente en la pradera, los pinos recién plantados y el otoño espléndido oteando el horizonte. Las tres siguientes fotos en cambio, están sacadas en febrero de 2010, a un mes todavía de acabar un largo y duro invierno, la borda colapsada y en lo que era una pradera se observa perfectamente medrar la plantación de pino americano.
El motivo del colapso de la borda es evidente, y sólo con observar las fotos detalladamente se puede comprender fácilmente todo el proceso. El progresivo abandono de los pastos, de la actividad ganadera, el abandono del uso de la borda como habitación para el ganado y su mantenimiento, y en cambio el uso de estos terrenos para la plantación de pinos, provoca el colapso de la borda en sólo 5 años.
No es ésta la primera borda que cae, hay alguna más en ruinas en Gaztelumendi, tampoco será la última en caer, hay todavía muchas bordas en Gaztelumendi, algunas en claro peligro de colapso, y otras, las menos, eficientemente cuidadas y trabajadas, como por ejemplo la borda de Pagamutegi.
Desde hace algún tiempo tengo la intuición de que el futuro de Gaztelumendi podría estar asociado al uso que se le dé a estas edificaciones, y claro aquí topamos con la propiedad privada. Últimamente ha habido algún peligroso intento de asociar las bordas con el turismo rural, mi propuesta en cambio, ambiciosa, es asociarlas al desarrollo rural, y para ello es inevitable fomentar su uso en proyectos mancomunados y cooperativistas de desarrollo, enfín casi una utopía, un sueño de futuro a mano de quién primero se atreva a plantear actividades sin pensar en la naturaleza y su entorno SOLO como una actividad productiva en una sociedad de mercado hostil, bárbara y depredadoramente consumista. ¿Te atreves tú a soñar?
15 marzo 2010
Txanogorritxu
En este país somos de costumbres fijas, y si hablas con alguien de setas, enseguida te contarán los kilos de ontto-zuri que rapiñaron este último otoño en Aldaz, o la mejor forma de cocinar las ziza horiak, sin perder su auténtico sabor.
12 marzo 2010
¿Vas a Tolosa?
11 marzo 2010
08 marzo 2010
Panoramicas e ingenuidad
Estamos enredados en unos debates "tan trascendentes", como la identidad, la crisis, la religión, la energía, la competitividad, el deporte o la política, que olvidamos esas pequeñas cosas que nos hacen más felices, olvidamos esas pequeñas alegrías que hacen que el día a día sea más llevadero, y nos refugiamos obligados por las circunstancias en una egoísta soledad y una inevitable frustración global.
Esta panorámica del cordal de Erroizpe nos presenta en primer plano una de las cada vez más escasas praderas de montaña, y al fondo los bosques del cordal, cada vez más pinos y menos caducifolios. El futuro de Gaztelu está sin ningún género de dudas en estos montes, y la gestión de ellos a día de hoy es dispersa, deficiente y en muchos e importantes aspectos roza la desidia y el abandono, como en muchos otros sitios de Gipuzkoa. Muy cerca se invierten ya millones de euros en una infraestructura ferroviaria de alta velocidad, y aquí en cambio perdemos día a día y para siempre patrimonio histórico y social, que podríamos haber mantenido sin grandes dificultades, ni grandes inversiones. A pesar de que este mundo es un sucio pañuelo lleno de mocos y contradicciones, en Gaztelu todavía hay esperanza.