Larte mendia: Gipuzko´ko mendia; Tolosa, Belauntza ta Gaztelu errien tartean da. Elezaar bat mintzo, Larte´n antziñan Gaztelu´tar batek ixilpean ustiatzen zun urrezko meatze bat da. Gizon ura zandu eta meatzea etzuten beñere arkitu. Illurren zegoela, bakarrik adierazi zun, Berastegi´ko txadonaren* gallurtegiari aurre emanaz zegola meatzea.
Monte Larte: monte de Gipuzkoa; está entre los pueblos de Tolosa, Belauntza y Gaztelu. Según cuenta una vieja leyenda un vecino de Gaztelu en silencio explotaba una mina de oro. Cuando murió ese hombre, nadie pudo encontrar la mina. Sólo contó que la mina estaba en Illurre, justo delante de la cima de la montaña frente a la iglesia de Berastegi. *(Txadon es un neologismo creado por Sabino Arana, con el significado de iglesia, ermita).
Las leyendas son referencia de viejas tradiciones orales, y esta historia de la mina secreta de oro, se repite con variantes en diversas civilizaciones. En Euskalherria y entre otras, son conocidas la leyenda de la mina de oro de la pradera de Errolbide en Aiako Harria (Peñas de Aia), o la del caserío Berdabio entre Artikutza y Goizueta.
La leyenda de la mina de oro, opinan lo expertos, parece relacionarse con la presencia en las cercanías de antiguos restos arqueológicos; también hay historias con moraleja, en las que el verdadero valor de la vida no se puede equiparar al precio monetario de las cosas, historias en las que la avaricia se contrapone a la búsqueda de la felicidad.
A continuación, se relata una de las leyendas sobre "La Mina de Oro", extraída de la Colección Kardaberaz Nº 26, colección completa de obras de Manuel Lekuona, en la que se evidencian paralelismos con la leyenda de la mina de Larte:
"Se asegura que en la pradera debajo de Errolbide hay una mina de oro puro, cuya bocamina está tan a flor de tierra, que todos los días la tocan con su hociquito las ovejas del caserío Portuberri, pero que al propio tiempo es tan oculta a los ojos de los hombres, que hasta la fecha nadie ha dado con ella. Sólo un hombre poseyó su secreto. Y de él se añade que con el rico metal acuñaba moneda, y con aquella modena iba su hija al mercado de Bayona a realizar compras. Y que una vez llevaba la moneda tan recién acuñada, que se le notaba el calor del crisol. Y que, como alguien le hiciese una observación sobre aquel calor tan extraño de la moneda, ella contestó inocente, que su padre la había acuñado y que acuñaba cuantas quería........ Pero no se supo más".Nadie en Gaztelu me ha comentado o relatado esta leyenda hasta hoy día........ no sé si por desconocimiento o vergüenza, y claro.... preguntaré a los viejos del lugar, y te lo contaré en otra entrada.
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